Una de la cosas que más me gustan desde pequeño son los paseos por la playa, el sonido de las olas, el olor a salitre, el viento de la costa, la buena compañía y ver el atardecer frente el mar… Creo que el ser madrileño y vivir sin el mar a tiro de piedra, hace que cuando lo tengo delante el tiempo se pare y pase ratos muertos contemplando su horizonte.